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miércoles, 27 de agosto de 2014

Arqueólogos descubren a un guerrero "gigante" en Siberia


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La tumba fue descubierta en la región siberiana de Omsk, informa 'The Moscow Times'.

"La estatura del guerrero era de más de 180 centímetros (unos 25 centímetros más que la altura media de sus descendientes aborígenes que habitan en esas regiones). Cuando murió no tenía más de 40 años de edad, y al parecer el guerrero cayó en batalla, debido a que presenta serias lesiones en el hombro y le cortaron la mano izquierda, que se encontraba cerca del resto del cuerpo", indicaron los arqueólogos.

El guerrero fue enterrado junto con flechas, una máscara en su rostro así como con otros objetos de bronce, lo que ayudó a que el esqueleto se haya conservado de mejor forma.

La singularidad de este hallazgo es que la tumba se encuentra en perfecto estado, no solo el esqueleto y el cráneo, sino también los objetos con los que fue enterrado, lo que ayudaría a restaurar el aspecto del combatiente.

Según los investigadores, los restos hallados pertenecían a la cultura Ust-Ishim, que ocupaba varias zonas de Siberia entre los siglos XI y XII de nuestra era.


Texto completo en: http://actualidad.rt.com/cultura/view/138107-rusia-siberia-arqueologia-guerrero

domingo, 15 de junio de 2014

diario del descubrimiento de la tumba de Tutankhamón

Estudio grafológico del diario del descubrimiento de la tumba de Tutankhamón escrito por Howard Carter

“Transcurrió bastante tiempo hasta que pude ver algo, el aire caliente del interior provocaba que la llama del candil se agitara, pero tan pronto mis ojos se acostumbraron a la luz tenue del interior de la cámara, poco a poco fue apareciendo ante mí una extraña y maravillosa mezcla de objetos bellísimos y extraordinarios amontonados unos sobre otros.Naturalmente hubo un cierto suspense para aquellas personas presentes allí que no podían ver nada, hasta que Lord Carnarvon me preguntó “¿Puede usted ver algo?”. Y le respondí, “Sí, esto es maravilloso”. Y con precaución hice el agujero lo suficientemente grande para que pudiéramos asomarnos los dos.” (Fig. 1)
Fig. 1. Fragmento de la entrada del 26 de noviembre de 1922 en el Diario de Howard Carter. Ver en la página del Griffith Institute: www.griffith.ox.ac.uk/gri/tut-files/Carter_261122.html
Fig. 1. Fragmento de la entrada del 26 de noviembre de 1922 en el Diario de Howard Carter. Ver en la página del Griffith Institute: www.griffith.ox.ac.uk/gri/tut-files/Carter_261122.html

Fig. 2. Fiel reproducción de uno de los sarcófagos de Tutankhamón, de la exposición: Tutankhamón, la tumba y sus tesoros. Foto de J. L. López Fernández.
Fig. 2. Fiel reproducción de uno de los sarcófagos de Tutankhamón, de la exposición: Tutankhamón, la tumba y sus tesoros. Foto de J. L. López Fernández.

El rostro de Tutankhamón, el faraón niño, se desveló ante Howard Carter y Lord Carnarvon el 26 de noviembre de 1922. Así lo anotó Carter de su puño y letra en su agenda de aquel día: “Se abre la segunda puerta sobre las 2 pm.” (Fig. 3).
Fig. 3. Fragmento de las anotaciones en el diario del día 28 de octubre de 1922. Ver en la página del Griffith Institute: www.griffith.ox.ac.uk/gri/tut-files/Carter_281022.html
Fig. 3. Fragmento de las anotaciones en el diario del día 28 de octubre de 1922. Ver en la página del Griffith Institute: www.griffith.ox.ac.uk/gri/tut-files/Carter_281022.html

Tras años de desasosegado esfuerzo y empeño, se abría al mundo la puerta de uno de los descubrimientos más dorados de la historia de la arqueología. Detrás de la puerta, el misterio más profundo y oculto de un faraón de cuya historia bien poco se conoce. Detrás de las letras de Howard Carter, la inquietante personalidad de un hombre al que muchos definieron como solitario, arisco, pomposo, ambicioso, testarudo e insensible, pero, ¿cómo era en realidad?. Tal vez la mano de la grafología pueda tendernos un candil luminoso que nos ayude a ver a través de la tenue luz, y nos descubra quizás “cosas maravillosas” de una personalidad reservada y oscura.
Fig. 4. Carter trabajando. Foto: Harry Burton en www.griffith.ox.ac.uk/gri/carter/gallery/p1853.html
Fig. 4. Carter trabajando. Foto: Harry Burton en www.griffith.ox.ac.uk/gri/carter/gallery/p1853.html

Los datos históricos, biográficos y arqueológicos sobre Carter y el pequeño faraón se los dejo a otros, a los expertos en egiptología a los que sí he de reconocerles la buena base documentaria que me han proporcionado para escribir este artículo. Para este estudio me ceñiré exclusivamente al diario manuscrito de la excavación de Carter que se haya exhaustivamente digitalizado en el Griffith Institute de la Universidad de Oxford[1].
Si algo indudablemente hay que reconocer a Howard Carter, y en ello coinciden todos sus biógrafos y los testimonios de aquellos que le conocieron personalmente, es su tenacidad y su extremado perfeccionismo (Fig. 4). Podría decirse que cumple a rajatabla el perfil del arqueólogo paciente, meticuloso, templado, ordenado y no sólo atento y observador, sino además preciso y detallista en su atención. Y este perfil se manifiesta de igual forma en su escritura (Fig. 5).
Fig. 5. Fragmento de las anotaciones en el diario del día 28 de octubre de 1922. Ver en la página del Griffith Institute: www.griffith.ox.ac.uk/gri/tut-files/Carter_281022.html
Fig. 5. Fragmento de las anotaciones en el diario del día 28 de octubre de 1922. Ver en la página del Griffith Institute: www.griffith.ox.ac.uk/gri/tut-files/Carter_281022.html

Su letra menuda nos revela una extraordinaria capacidad de análisis. En un estudio biógrafo, Thomas Hoving dice que Carter estaba “obsesionado con el método” y un estudio grafológico no podría contradecir esta afirmación pero sí quizás matizarla con una interpretación positiva: obsesión como constancia, como perseverancia por llegar hasta el fondo de lo que para él era una fascinación, un hito, un logro, y tal vez esta fascinación le mantenía tan imbuido en sus tareas que pudiese llegar a parecer a otros una obsesión enfermiza[2].
En la muestra sobre estas líneas, ese “método” se refleja también en el orden y la organización que caracteriza a la distribución del escrito en la hoja. Su afán de claridad es incuestionable, así como la atención al detalle a lo largo de todo el texto, unido a esa precisión matemática e incisiva que se revela principalmente en la forma de colocar, como suele decirse y esta vez es literal, los puntos sobre las íes. Curiosa también, en cuanto a organización de los espacios, la esmerada nota inferior izquierda, como muestra una vez más de esa precisión del metódico caballero que, como suele decirse también, no osaba “dejar puntada sin hilo” en todo aquello que llevara entre manos (Fig. 6).
Fig. 6. Anotaciones de Howard Carter sobre un brazalete localizado en la tumba de Tutankhamón. Ver en: www.griffith.ox.ac.uk/gri/carter/585i-c585im.html
Fig. 6. Anotaciones de Howard Carter sobre un brazalete localizado en la tumba de Tutankhamón. Ver en: www.griffith.ox.ac.uk/gri/carter/585i-c585im.html

Como buen hombre de ciencia, el análisis y la capacidad de lógica aplastante son cualidades inherentes a Howard Carter. La forma de tirar el lazo desde las hampas más altas hasta las letras siguientes es fascinante y denota no sólo la mencionada inteligencia superior y lógica, sino también cierta habilidad para asociar multitud de ideas, para anticipar acontecimientos y para adelantar su mente a los hechos antes de que sucedan.
Además de metódico, Carter era artista, amaba la estética y la cuidaba con esmero. Su periplo por Egipto comenzó pintando acuarelas y vendiéndolas a los turistas y esa herencia artística se transmite por supuesto a sus letras cuidadas, bellas, cadenciadas, ágiles y sueltas de forma tal que parecen volar por la hoja (Fig. 7). He ahí también la esencia del espíritu libre. “Es asombroso lo poco que se conoce de su vida privada”, escribe de Carter su biógrafo T.G.H. James[3]. No se casó ni tuvo hijos, algunos dudaban que su vida se hubiese surtido de verdaderas amistades, e incluso se cuestionaron sus tendencias sexuales.
Fig. 7. Dibujo realizado por Howard Carter que copia una pintura de una tumba de Imperio Medio en Beni Hassan.
Fig. 7. Dibujo realizado por Howard Carter que copia una pintura de una tumba de Imperio Medio en Beni Hassan.

La escritura de Carter nos desvela a una persona tímida, apocada y reservada, pero en absoluto insociable. Se podría definir a Carter como un hombre centrado, de temperamento equilibrado, pero que podía saltar inesperadamente con arrebatos de genio cuando los acontecimientos contradecían su pautada serenidad. La “irascible timidez” destacada por T.G.H. James en su biografía de Carter podría entenderse como el carácter arisco que muestra aquél que se ve perturbado en su paz y entorpecido en el camino hacia sus metas. Tal vez por esto daba Carter la impresión de que la gente que tenía alrededor le sobraba, apareciendo como solitario, de carácter agrio, en cierto punto temperamental y, para algunos, incluso ambicioso.
“Forzando los trabajos al máximo se consiguieron liberar los dieciséis escalones que formaban una escalera que daba acceso a una pared. Sobre ésta, que hacía de puerta, se podían leer los sellos de la necrópolis. Quizás se encontraba ante el lugar que tanto había anhelado. Era el 4 de noviembre de 1922.Sin dudarlo un instante, Carter envió un telegrama en clave a Highclere, la residencia de los Carnarvon en Gran Bretaña, informándole del asombroso hallazgo. Tras diecinueve largos días de espera, por fin, el día 23 de ese mismo mes, llegaban a Luxor Lord Carnarvon y su bella hija, Lady Evelyn Herbert.”
Tan sólo un hombre templado, paciente, responsable y considerado sería capaz de esperar diecinueve días para penetrar en un hallazgo de sello propio y que había sido su sueño durante años, no sin el corazón desbocado por la impaciencia. Así era Carter. Cualquier otro, ambicioso y solitario como a él le describían, se habría lanzado de cabeza ante descubrimiento de tal envergadura.
Fig. 8. Página de entrada a las notas en el diario del 11 de noviembre de 1925. Ver en: www.griffith.ox.ac.uk/gri/tut-files/Carter_111125.html
Fig. 8. Página de entrada a las notas en el diario del 11 de noviembre de 1925. Ver en: www.griffith.ox.ac.uk/gri/tut-files/Carter_111125.html

El 11 de noviembre de 1925 fue el día clave en que Howard Carter pudo por fin mirar a los ojos al Rey Niño (Fig. 8). Así lo relata con pasión en las hojas de su Diario:
“Hoy ha sido un gran día en la historia de la arqueología, y también podría decir que en la historia de los descubrimientos arqueológicos. Y un día de días para alguien que, después de años de trabajo, excavando y conservando el anhelo, ha logrado por fin ver hecho realidad lo que antes era solamente una conjetura”
“Como se mencionó anteriormente la momia del Rey no podría extraerse del sarcófago sin que ésta se dañara, el examen debía necesariamente ser realizado tal cual estaba.”
10.35 a.m. Como consecuencia de la fragilidad y la naturaleza en polvo de las capas externas de la envoltura, la totalidad de la superficie expuesta de la momia, excepto la máscara, fue pintada con cera de parafina derretida a una temperatura que permanece congelada como una fina capa sobre la superficie, y no penetra en los lienzos en descomposición más que a una muy corta distancia.”
En el texto anterior, llama poderosamente la atención la fuerza de los ligados altos en las hampas, extremadamente cohesionados no solo interletras, sino también entre palabras como ideas voladizas plenas de entusiasmo. La templanza y rectitud de Carter se combinan con emotividad y pasión; el equilibrio de carácter permanece intacto, imperturbable, pero a él acompaña una tenaz fuga creativa que se proyecta y puede ver mucho más allá. Astuto y perspicaz, Carter sabe que el proyecto incipiente que requiere paciencia, cuidado y búsqueda nuevamente, tiene desde ya y hasta el futuro más remoto compensado el esfuerzo (Fig. 9).
Fig. 9. Este lienzo, realizado por William Carter (el hermano mayor de Howard), muestra al célebre arqueólogo en 1924, momento cúspide en su carrera.
Fig. 9. Este lienzo, realizado por William Carter (el hermano mayor de Howard), muestra al célebre arqueólogo en 1924, momento cúspide en su carrera.

Tutankhamón, “la imagen viviente de Amón”, acompañó a Carter durante el resto de su vida. Las nebulosas que cubren las vidas de ambos personajes también se harán compañía. “Las sombras se mueven, pero la oscuridad no se desvanece”, escribió Howard Carter de Tutankhamón. Quizás el reservado Carter pretendió dar en su vida la imagen de un tipo oscuro, como la vida del faraón, pero su escritura analizada aquí no revela oscuridad, sino la transparencia de un hombre sabio y tenaz, ciertamente solitario pero en el sentido de ser muy suyo y de dar la espalda a aquello o aquellos que lo entorpecían en su absorbente labor, y que, pese a todo, bien fueren opiniones en contra o adversidades, consiguió, a base de perseverancia y esfuerzo, desafiar lo imposible hasta alcanzar su sueño. Su realidad también merece ser desentrañada con respeto.
Un día, hablando con Nacho Ares, historiador y experto egiptólogo, sobre su obra Tutankhamón. El último hijo del sol[4], al darle mi opinión sobre el libro le dije: “Se nota que Carter te cae bien”. Ahora confieso también yo una serena admiración por este buscador de tesoros (Fig. 10).
Fig. 10. Tumba de Howard Cater en el cementerio de Putney Valey en Londres. Fotografía de Jaume Vivó.
Fig. 10. Tumba de Howard Cater en el cementerio de Putney Valey en Londres. Fotografía de Jaume Vivó.

viernes, 13 de junio de 2014

El Rio Nilo

 

El Nilo es uno de los ríos más grandes del mundo y quizás el más importante en lo referido al nacimiento de civilizaciones. Su cauce transcurre a lo largo de siete naciones llegando a recorrer los 6.700 km. hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo.

La palabra Nilo (del árabe 'ni-l) viene de la palabra griega Neilos, que significa «Valle del río». En la antigua lengua egipcia, el río era llamado Iteru, que significa «Gran río». En copto, la palabra piaro (Sahídico) o phiaro (Boháirico) significa «El río» (literalmente «El gran canal»), que viene del mismo nombre antiguo. Este gran río trae a la memoria el mundo de los faraones, de las pirámides; como también del África profunda donde conviven primates, gorilas, leones, jirafas y elefantes; un mundo donde se funden la historia y la naturaleza en su máximo apogeo.

EL Nilo en su viaje hacia el mar parte desde Uganda y Kenia lo que se ha llamado como el Nilo Blanco y desde Etiopía lo que se ha llamado como el Nilo Azul. Estos dos cauces se unen en la ciudad de Khartoum, la capital sudanesa para atravesar el desierto dirigiéndose hacia Egipto pasando por la región de Nubia donde llega a su máximo esplendor, allí uno se sumerge en el mundo faraónico de las pirámides, de los sarcófagos, de los templos como el de Abu Simbel y donde atravesando las grandes ciudades como Lúxor y El Cairo el Nilo llegará finalmente a la mítica ciudad de Alejandría donde se mezclará con el Mediterráneo gracias a un inmenso delta.

También es un río por el que han pasado y convivido, pero por desgracia no siempre de manera pacífica, las grandes religiones como el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Éstas también han dejado su sello a lo largo del fastuoso río. Destacan el núcleo cristiano de El Cairo, la gran biblioteca que los cristianos concentraron en Alejandría, el desierto como el lugar del nacimiento del monacato y de la ascesis, los monasterios coptos…



EL NACIMIENTO Y PRIMEROS PASOS DEL NILO

Este es uno de los mayores enigmas de la geografía mundial ya que no se sabe con exactitud dónde nace el Nilo. Algunos apuntan a que nace en el Lago Victoria, el mayor de los lagos africanos con una extensión de 68.000 km2 que tiene como principal afluente el río Kagera, por eso en donde las aguas del Nilo comienzan a separarse del lago Victoria (da ahí que a esta parte del Nilo se la denomine como Nilo Victoria) John Hanning Speke, ex oficial del ejército de las indias, colocó una placa indicando cuando llegó en 1848. Otros como Burkhart Waldecker en 1937 apuntan a que nace en las fuentes del rio Kagera o ya Tolomeo en el siglo II d. C. decía que el Nilo nacía de los glaciares del Ruwenzori; por tanto tu origen sigue siendo un dilema por descubrir en nuestros días.

El lago Victoria está rodeado por pequeñas villas coloniales dedicadas a la pesca de la tilapia. Aquí los puertos se caracterizan por la ausencia de muelles en donde los silleteros son los encargados de transportar tanto la carga como a las personas hasta las barcas más allá de los bancos de arena. El pescado recogido se transportará a las ciudadelas atravesando la sabana.

Esta es Uganda, el centro del África negra, desde donde se puede uno sentar a contemplar a orillas del lago como transcurre lenta y pacientemente el día viendo como el lago es aprovechado para lavarse, para transportar mercancías, para lavar el coche o incluso utilizando sus orillas para descansar en las horas de mayor calor pasado el mediodía.

Otro de los muchos afluentes del Nilo tras atravesar por muchos arroyuelos desemboca en los lagos Eduardo y Jorge siendo recogidas por el río Semliki para llevarlas hasta el Alberto. Desde aquí se une al Nilo Victoria donde ya se atisba su poderío estrechándose el río en una garganta hasta las cataratas Murchison donde dan varios saltos hasta bajar una altura de 122 metros.

Aquí la infinidad de aves, de cocodrilos, de elefantes, hipopótamos, antílopes, jabalíes y leones imponen el verdadero rostro del África bella, donde el ciclo de la naturaleza permanece casi inalterado con el pasar de los tiempos. A partir de aquí el Nilo se ensancha desmesuradamente cubriéndose de plantas de papiro en su camino por el Sudd en Sudán.



EL NILO BLANCO

El Nilo tras su andadura por Uganda se adentra ahora en Sudán pasando por su vastísima sabana donde confluyen musulmanes y cristianos de diferentes etnias (shilluk, nuer, nómadas, dinka, sufíes…) que parecen estar en un periodo de paz tas la guerra que ha causado miles y miles de muertos.

En esta zona el Nilo entra en los aguazales donde se dispersa en una serie de canales y ramales que llegan a confundirlo con un gran pastizal fangoso donde abundan los jacintos de agua y las plantas de papiro, dando lugar a una gran diversidad de vida animal de entre los que destacan los hipopótamos, los cocodrilos y los antílopes. Aquí gran parte del caudal del río se evapora.

El río entrando ya en un cauce delimitado a la altura de Malakal fluye así de manera impetuosa pudiendo sucederse grandes inundaciones y desastres naturales en la época de lluvias. Desde aquí va recogiendo otros pequeños ríos que van engordando el caudal del Nilo, como el río de las Gacelas, el de las Jirafas y el de las Montañas pasando por la árida sabana africana hasta llegar a Khartoum donde se fundirá con el Nilo Azul.

En esta zona hasta Khartoum está claramente delimitada la zona donde fluye la vida a las márgenes del río frente a la extensa y árida sabana, recordándonos cómo más al norte ha sido posible la vida de pueblos enteros como el egipcio gracias al Nilo.



EL NILO AZUL

Lo llaman así por el color azul de sus aguas en contraste con el limoso de su hermano el Blanco. Nace de un río llamado Abbai que recorre más de 1500 kms. hasta desembocar en el lago Tana, caracterizado por sus orillas fangosas y por la multitud de islitas donde se esconden del paso del tiempo una gran cantidad de monasterios cristianos ortodoxos.

Estamos en Etiopía y no se puede describir el ambiente sin hacer mención de la fe cristiana ortodoxa tan arraigada en el lugar desde siglos inmemoriales. Ésta fue traída por los monjes ortodoxos en su huída del islamismo opresor y aquí encontró su lugar donde fue calando poco a poco, siglo tras siglo en las gentes hasta convertirse en lo más sagrado. Sus monasterios están profusamente decorados con pinturas de vivos colores sobre escenas bíblicas, de Jesús, de la Virgen María y de la vida de los santos.

La marcha del Nilo comienza aquí su andadura por Etiopía bajando hacia el norte por el lago Tana a través de una pequeña salida que luego se agrandará desmesuradamente. El cauce ancho del río seguirá su andadura una treintena de kilómetros hasta llegar a las cascadas de Tississat donde tras una caída de unos cuarenta y cinco metros proseguirá su camino en busca de su hermano el Nilo Blanco, pasando a través de una serie de cañones que parece que han sido forzados por el paso del río en los montes Goggiam, hasta entrar en Sudán, atravesando la llanura de Sennar, para finalmente, llegar a Khartoum donde lo encontrará y se fundirá con el.



EL NILO DE LAS ARENAS

Estamos en Khartoum, capital de Sudán donde el Nilo se hace insolente e ilimitado debido a su gran caudal al juntarse sus dos vertientes. Aquí comienza su ardua andadura por el desierto desde donde se puede observar como se mezclan las arenas con la vegetación de las riberas dando un gran contraste al paisaje.

Al abandonar Khartoum el gran río se encamina hacia el norte entrando así en la Nubia, una amplia región que llega hasta Asuán, en Egipto, y por donde el Nilo irá saltando de catarata en catarata hasta traspasar un total de cinco antes de llegar al lago Nasser y una más antes de llegar a Asuán.

Nubia, antigua tierra de faraones que recuerda al esplendor de Egipto, aunque su nombre viene de la época romana probablemente y cuya etimología puede derivar de "nbw", oro, la principal riqueza de la región. Es una tierra llena de recuerdos que sobresalen de la arena en forma de yacimientos arqueológicos; antiguos palacios, tumbas e iglesias paleocristianas, pirámides y grandes ciudades ocultas ahora bajo la inmensa arena y que el hombre ha luchado por recuperar. Aquí los llamados faraones negros de la XXV dinastía a. C. dominaron todo Egipto haciendo un solo imperio desde Sudán hasta el Mediterráneo entre los siglos VIII y VII a. C. Hacia el año 750 a. C. crearon el reino de Kush, cuyo rey, Shabaka, fue el que conquistó todo Egipto en el 712 a.C. y trasladó su capital a Menfis, donde fundó la XXV dinastía, denominada Kushita o etíope. La invasión asiria hizo retroceder hacia el interior de África a los nubios, donde en el 663 a. C. fundaron el reino de Meroe. Nubia permaneció en paz durante nueve siglos hasta que en el s. IV d. C. el pueblo nabateo destruyó Meroe y se instaló en la región. Fue cristianizada en el siglo VI y así perduró hasta el siglo XIV que sucumbió ante los ejércitos mamelucos.

Aquí en la Nubia se juntan el amarillo del desierto con el azul del Nilo y con el verde de los palmares de la ribera del río. Contrastes que hacen de esta tierra un lugar de calidez y de tranquilidad donde el gran caudal del Nilo te transporta.

El río atraviesa la zona del El Bayuda, una gran región que queda delimitada entre la sexta y la cuarta catarata y donde predomina el desierto y algunos pequeños cultivos en los márgenes del río: maíz, tomates, trigo… En esta zona parece que no pasa el tiempo, hacia el interior los nómadas viajan con sus rebaños en busca de pozos de agua, escenas que nos recuerdan a los pasajes bíblicos. Destacar también en esta zona las pirámides de Meroe, el gran templo al dios Amón en Karima, la necrópolis de Napata, que recuerdan el esplendor de los faraones negros. Tras caer irremediablemente por cinco cataratas el Nilo llega en su amplitud al lago Nasser.



EL NILO FARAÓNICO

El Nilo, tras su andadura por Uganda, Etiopía y Sudán llega al lago Nasser en Egipto quedando encerrado por dos presas en Asuán. La primera y más antigua presa se construyó en el año 1902 y la segunda y más grande se finalizó en 1971 llegando a tener una altura de 111 metros. Estas presas provocaron la inundación de un vasto territorio y con el muchos de los restos arqueológicos del Egipto nubio antiguo por lo que los dieciséis más importantes (el de Abu Simbel entre otros) fueron desmontados y trasladados más arriba quedando a salvo de las aguas. España colaboró con estos trabajos y como muestra de ello el estado egipcio le donó las ruinas del templo de Debod, que está situado en Madrid en la zona de Pintor Rosales cerca de la Plaza de España.

Aquí el silencio vuelve a hacer acto de presencia mezclando la paz de las aguas azules con el contraste de las arenas doradas que llegan a la orilla. Las gentes del lugar aprovechan a bañarse, a refrescarse o incluso a dar de beber a sus camellos de este gran manantial de agua dulce que es el Nilo.

Las falúas que navegan por las aguas del río viajan hacia las pequeñas islas donde destaca la isla de Elefantina (llamada "ibu" que significa elefante) que fue, como su nombre indica, un lugar de comercio de marfil además de frontera sur durante el periodo faraónico. Es una isla rica en arqueología donde viven dos aldeas nubias que se caracterizan por sus viviendas de ricos colores.

Cerca de Asuán se encuentra el yacimiento arqueológico de File donde llevaron los restos del templo para ponerlo al amparo de las aguas. Fue un lugar de culto al dios Ra y también a las diosa Isis (divinidad madre y hermana de Osiris y madre de Horus). También hay una tradición que cuenta que bajo la isla de File estaba la fuente desde donde manaba el Nilo en una caverna donde vivía el dios Hapi (el dios Nilo).

Para entender la proliferación y el esplendor de Egipto es necesario entender por qué esta zona era de las más fértiles del Nilo. Aquí en Asuán es donde comenzaba la inundación anual del Nilo entre finales de mayo y principios de junio, creciendo el nivel rápidamente hasta agosto y mediados de septiembre para, comenzar a descender en octubre y alcanzar en mayo su nivel más bajo. Las aguas de la crecida procedían en su mayoría del Nilo Azul gracias a las fuertes lluvias que tenían lugar en las montañas de Etiopía, que aportaban el fertilizante limo arrastrado por las aguas que se depositaría sobre los campos de Egipto garantizando así las cosechas. Por eso la inundación era fuente de preocupación por saber el nivel de las aguas y también de alegría.

Saliendo de Asuán el Nilo continúa su viaje ya menguado por las presas hacia Edfu, donde el templo dedicado a Horus es una de las estructuras mejor conservadas. Construída por Tolomeo XIII (padre de Cleopatra) en el siglo primero a. C. De allí prosigue su viaje hacia Lúxor, tierra faraónica donde podemos contemplar su templo, que junto con el de Karnak situado a la orilla derecha del Nilo son de los monumentos más espectaculares de Egipto faraónico.

Desde Asuán el Nilo flanquea el desierto que se extiende hacia el occidente hasta la frontera con Libia. En los arbores de la humanidad esto fue una imponente sabana llena de especies animales donde se cree que comenzó la civilización egipcia y que con el paso del tiempo se fue secando convirtiéndose en el Gran Mar de Arena como le denominan aquí.

Siguiendo el curso del río llegamos a Kharga, lugar donde en el siglo VI a. C. se levantó un templo en honor de Hibis que aún se conserva. Un poco más al norte se extienden los oasis de Dakhla donde se cuentan más de quinientas fuentes de agua y que en su amplia zona de más de una decena de kilómetros está cubierta de los cultivos del arroz. Aquí la fauna y la flora vuelven a surgir de lo más variado en contraste con el mar de arena que marca el horizonte.

Otros grandes oasis son el de Farafra, donde lo que abunda son las viviendas de vivos colores en sus muros y con dibujos referidos a la peregrinación a la Meca de sus habitantes; y el de Baharya, donde se han encontrado recientemente hipogeos con cerca de 10.000 sarcófagos, convirtiéndose en un hallazgo impresionante para la arqueología. No han tardado en denominarlo como el "valle de las Momias de Oro".

Por esta zona el desierto se vuelve calizo, es decir, abunda la piedra caliza en todas sus formas y dimensiones dando un aspecto blanco al desierto lleno de formas que han ido horadando la piedra a lo largo de los siglos. En este desierto se encuentran algunos de los monasterios coptos más antiguos, algunos de los cuales, cuatro concretamente han perdurado desde los primeros siglos del cristianismo, situados entre El Cairo y Alejandría. De esta última es desde donde partió San Antonio en el siglo III d. C. para retirarse a este desierto para llevar una vida de oración y de recogimiento junto a Dios separada del mundo, fundando así el monacato. Tras el cisma de Acacio en el 484 se separaron de la fe católica debido a la concepción monofisita de Cristo (que sólo posee la naturaleza divina y no las dos) y se mantuvieron hasta nuestros días. La tradición copta cree que la Sagrada Familia llegó por esta zona en su huída de Herodes festejando la entrada de Jesús en Egipto el 24 de junio y con lugares donde se venera la estancia allí de la Sagrada Familia.

El Nilo, que ya va llegando a su destino entra lento y agotado en la ciudad de El Cairo, pero sin perder cierta majestuosidad debido a su gran caudal y a anchura.



EL NILO Y EL MAR

EL Cairo es hoy una gran ciudad, poblada con casi 15 millones de habitantes, en donde conviven más o menos armoniosamente lo viejo y lo nuevo. Debido a su expansión los grandes monumentos funerarios del Egipto de los faraones, como son las pirámides, están siendo engullidos por lo urbano, al igual que la gran esfinge de Gizeh. Lo que antes era desierto y arena alrededor, ahora se está convirtiendo en un aglomerado de casas y asfalto.

El Nilo, la fuente hidráulica de la ciudad fue sumergido para dejar paso a la jungla de asfalto y de civilización. Desde entonces el río se ha desplazado unos cuatrocientos metros. Así traspasa toda la ciudad, de modo casi silencioso siendo apagado su sonido por los coches, las gentes, los barcos y demás ruidos de la gran urbe hasta llegar al delta donde se ramificará en varios canales hasta morir en el Mediterráneo.

En su última agonía hasta el Mediterráneo se divide en dos ramales, al este Damietta y, al oeste, Rosetta. Este último pasa cerca de la gran ciudad de Alejandría. Ciudad mítica fundada por Alejandro Magno en el 331 a. C. que fusionó la cultura egipcia con la griega y que resuena a una de las siete maravillas del mundo antiguo, como fue su faro de casi unos 250 metros de altura y construido hacia el año 280 a. C. Aquí se albergó la mayor biblioteca de la antigüedad que llegó a contener unos 700.000 volúmenes antes de sufrir un gran incendio en el que sus causas todavía no hay acuerdo entre los estudiosos. Esta ciudad también fue la ciudad de Cleopatra y el vaticano de los coptos y en el siglo XIX, fue denominada como el París del Mediterráneo.

Hoy día es la segunda gran ciudad de Egipto en cuanto a población se refiere y en ella se mezclan lo religioso con lo moderno. Se mezclan los minaretes, con los mausoleos, las madrazas, el fuerte Qayt Bay… La mezcla entre lo árabe y lo occidental, lo musulmán con lo cristiano hacen de ella una ciudad atrayente y muy abierta al futuro. De aquí salió Naguib Mahfuz, premio Nobel de literatura.

En este ramal llamado Rosetta recordar también que fue donde se encontró en 1799 el famoso bloque de mármol negro que lleva escrito un decreto de Tolomeo V escrito con dos grafías egipcias diferentes y un texto en griego, donde François Champollion pudo descifrar así los caracteres jeroglíficos para entender los frisos y escritos del antiguo Egipto.

Este río que era representado por los egipcios como un hombre barbado con senos y plantas acuáticas en la cabeza (generalmente papiros), pintado en verde y azul, los colores de la regeneración y del agua, tras su gran andadura desde tierras lejanas, termina aquí en el Mare Nostrum mezclando sus aguas dulces con las saladas del Mediterráneo.



Explorando las fuentes del Nilo

1618 — Pedro Páez
Fue el primer europeo que llegó a las fuentes del Nilo Azul en 1618.

1854 — Sir Richard Francis Burton
(19 de marzo de 1821 - 19 de octubre de 1890), fue un cónsul británico, explorador, traductor y orientalista, nacido en Hertfordshire, Inglaterra. Se hizo famoso por sus exploraciones en Asia y África así como por su extraordinario conocimiento de lenguajes y culturas. De acuerdo con un recuento hablaba veintinueve lenguajes europeos, asiáticos y africanos

1871 — Sir Henry Morton Stanley
28 de enero, 1841 - 10 de mayo, 1904) fue un explorador y periodista galés nacionalizado estadounidense, famoso por sus expediciones a la entonces misteriosa África central, en una de las cuales encontró al desaparecido David Livingstone.

1872 — Francis Sanfilippo 

La Hannah Montana de los faraones recupera el estrellato

Hanna Montana
Britney Spears, Hannah Montana y ahora Tjayasetimu. Puede que el tercer nombre de la lista no les suene familiar, pero se trata de una de las niñas prodigio de la canción más prematuras. Tanto, que su historia se remonta al año 800 antes de cristo.
Tjayasetimu era una de las cantantes más importantes del antiguo Egipto. Un miembro destacado del coro que actuaba delante de los faraones hace 3.000 años. Su historia vuelve ahora con fuerza gracias a la exposición Ancient Lives: New Discoveries (Vidas antiguas: Nuevos descubrimientos) que inaugura el British Museum de Londres el próximo día 22.
Ayudado por las nuevas tecnologías utilizadas durante la investigación, el museo ha podido saber muchos detalles de la vida de esta estrella que murió momificada con tan sólo siete años
Esta niña actuó delante de las autoridades en el templo de Amón, en la antigua Tebas, cerca del actual Luxor, o en Faiyum, una de las ciudades más antiguas de Egipto, según declaraciones del conservador jefe del British Museum, John Taylor.
A pesar de desconocer los orígenes exactos de esta niña prodigio (que se cree que también tocaba un pequeño arpa) los expertos en arqueología que han llevado a cabo la investigación tienen claro que era lo suficientemente importante para haber recibido un proceso momificación tan complejo, algo reservado para familias de la nobleza o de la realeza.
Otra de las singularidades de Tjayasetimu es que es una de las tres únicas momias que existen de ese periodo que tiene sus manos y sus pies descubiertos, mientras que, normalmente, los restos de aquella época son cubiertos por completo con vendas. En este caso la cabeza de la momia fue cubierta con una máscara dorada, lo que ha contribuido a su preservación.
El Doctor Daniel Antoine, conservador de la sección de Física Antropológica del Museo ha mostrado al diario Telegraph su sorpresa por el cuidado que se puso en la preservación de la cara de esta momia. Los escáneres realizados para estudiar estas ocho momias han mostrado que la cantante tiene el cerebro intacto. Además, presenta una melena que abarca prácticamente toda su cabeza e incluso ha conservado algún diente de leche.
Estos estudios han probado que existe una incisión en su estómago, mostrando una de las clásicas señas del proceso de momificación: la extirpación de los órganos internos.
El resto de su cuerpo no muestra signos de violencia, ni siquiera de una enfermedad larga, por lo que el Dr. Antoine ha manifestado que probablemente muriera de una enfermedad fulminante como pudiera ser el cólera.
Otra de las claves que identifican a esta especial momia es que su sarcófago es bastante más grande que el cuerpo que acoge, dejando un espacio libre que sigue cuestionando a los especialistas que todavía no han encontrado una solución al respecto.
Tjayasetimu es propiedad del British Museum desde 1888, cuando fue comprada por Wallis Budge. Una época en la que el museo adquiriría muchas antigüedades de Egipto. El interés en su historia es fruto del azar. En la década de los 70, gracias a un proyecto de restauración del museo, alguien quitó el aceite que cubría las vendas de esta momia y descubrió en ella jeroglíficos y pintadas.
Los jeroglíficos deletreaban su nombre, así como explicaban su profesión como "cantante de interior".
Ahora Tjayasetimu se enfrentará a su público de nuevo, 3.000 años después y en un país distinto. Eso sí, lo hará dentro de una caja de cristal con la que el British Museum la protegerá de todos sus fans.

domingo, 8 de junio de 2014

Estela del Inventario

En el Museo Egipcio de Turín se encuentra otro objeto curioso, se conoce como el Canon Real de Turín, y es un papiro de 1,7 metros de largo por 0,41 de ancho. Este papiro recoge el registro más detallado de los faraones egipcios, aunque desafortunadamente está dañado e incompleto. En este papiro se recoge como primeros faraones a unos semidioses, para más tarde seguir con una lista de faraones desconocida por la egiptología oficial, y seguir con los faraones aceptados por la egiptología oficial. Gracias a este papiro, la egiptología ha dado fechas y nombres a muchos faraones depués de la XX dinastía, pero entonces ¿por qué no toma en consideración todos los faraones anteriores que incluye el papiro?


                                                                  Estela del Inventario

Gran Pirámide

La egiptología moderna se basa en muchas ocasiones en documentos que no mantienen un mínimo de rigor o contraste. Este es el caso de la Gran Pirámide de Keops.
La egiptología nos dice que esta pirámide fue construida allá por el siglo 26 antes de Cristo. Fue levantada por orden del Faraón Keops (Jufu) y terminada en 20 años.

La autoría de esta pirámide se concentra en Keops porque se encontró un cartucho grabado en una piedra donde estaba escrito el nombre de Keops. Años más tarde se vio que el cartucho con el nombre de Keops estaba mal escrito, justamente como se creía que se escribía Keops en la fecha en la que se hizo el descubrimiento.....curioso, verdad?
Pero esto no ha hecho nada más que empezar.....


                         Gran Pirámide

Egipto

Básicamente, la egiptología se basa en la documentación de Herodoto (el padre de la historia) para imponer todas sus teorías de la Gran Pirámide. Herodoto, vivió en el siglo V a.C, e hizo un viaje por Egipto donde le contaron lo que en ese momento el pueblo creía. A parte él, hizo unos cálculos de los tiempos de construcción a partir de los datos que le habían dado. He aquí sus resultados :
Le dijeron que las pirámides fueron levantadas en 20 años (esto porque se suponía que las pirámides debían ser empezadas y terminadas durante la vida del Faraón), y por 100000 hombres. El dato que le faltaba a Herodoto era el número de bloques de piedra con los que está construida la Pirámide. En total unos 2,500,000 de bloques gigantescos. Según estos datos, suponiendo que se trabajaba una media de 12 horas por persona durante 20 años, nos sale el asombroso resultado de que cada 2 minutos una persona iba a la cantera, picaba el bloque, lo pulía, lo transportaba hasta la esplanada de la pirámide y lo posaba en su sitio correcto, repito, todo esto en 2 minutos. Hay que recordar que se encontraban en la edad de cobre.
Por otro lado, vienen los problemas técnicos, ¿cómo subían los bloques?, ¿cómo es posible que estén perfectamente encajados, que ni una hoja de papel quepa entre las juntas de las piedras,sin haber utilizado ningún elemento para unirlas sino la presión entre ellas?.
La egiptología dice que para subir los bloques de piedra hicieron alrededor de la pirámide una montaña de tierra y por allí arrastraban las piedras.....pues entonces a esos dos minutos que nos salían habría que quitarle 1, al menos.

Se han encontrado, en esta pirámide, y en otras de Egipto, agujeros circulares en los bloques de piedra, de 12 cm de diámetro y diferentes profundidades (20-40 cm). La egiptología comenta que estos agujeros se hicieron manualmente con unos aparatos giratorios. Pues muy bien, como si me dicen que lo hacían con el dedo....porque actualmente ni las brocas con cabeza de diamante (las más duras que se conocen) podrían hacer esos agujeros con la presión con las que están realizados esos agujeros (la presión se mide por la anchura de la vuelta de la rosca que aparece grabada en la piedra).

A esto hay que unir la gran sabiduría en ingeniería y arquitectura que debían tener los egipcios (en la edad de cobre) para levantar esa Pirámide. Por ejemplo cómo introdujeron bloques de piedra de carga para soportar el peso que hay encima de la Cámara del Rey.

Mención aparte tienen las medidas de la Gran Pirámide. Pero para esta información mejor que cojan un libro porque hay infinidad de casualidades.

Otra curiosidad muy interesante es que dos codos egipcios (medida de aquel tiempo) corresponde exactamente al metro astronómico (1,07 metros). Nosotros hemos necesitado llegar a finales del siglo XXI para saber que el metro estaba mal medido, y ellos ya lo sabían por entonces....en la edad de cobre, recordemos.
¿Casualida


Pasemos a otros datos reveladores sobre la fecha de construcción:

Se ha descubierto una momia con todo su ajuar que se ha datado de los años 8000 y 9000 a.C. Pues bien, entre los objetos con los que fue enterrado, se encuentra un huevo de avestruz, con unas pinturas en su cáscara. Una de las pinturas es muy significativa, se ve un río, y a su lado tres pirámides. ¿Tres pirámides en el año 8000 a.C?
Este huevo se envuentra en el Museo Nubio de Asuán. La egiptología lo ignora.

viernes, 6 de junio de 2014

La sociedad egipcia.

                   LOS PRIVILEGIADOS

Por: Néstor Delgado.

 El faraón, los nobles, los sacerdotes y los escribas formaban una minoría privilegiada que poseía el poder político y la riqueza.

Los nobles y los sacerdotes poseían gran parte de las tierras del país

  •   Los nobles: eran los miembros de la familia del faraón y otras familias a las que el faraón había recompensado con extensas tierras y con grandes tesoros. Gobernaban las provincias en las que se dividía Egipto y vivían en grandes villas rodeadas de jardines. 
  •  Los sacerdotes: controlaban los ritos religiosos. Tenían a su disposición a miles de personas que trabajan a su servicio.


lunes, 2 de junio de 2014

El Arte Egipcio

El arte del antiguo Egipto es fascinante y sugestivo, capaz de sorprendernos y maravillarnos. No obstante, la creatividad artística faraónica también puede desconcertar y hasta resultar un tanto incomprensible. El libro Arte en el antiguo Egipto. Claves para su interpretación desvela los recursos fundamentales utilizados por los artistas faraónicos para plasmar las dimensiones y la profundidad, para generar sensaciones de ritmo o de movimiento, para mostrar lo invisible, para destacar lo relevante en la representación de la acción, para dar solemnidad o vivacidad a la estatuaria… Una amplia gama de efectos y artificios que constituyen la clave del lenguaje plástico del arte del antiguo Egipto, conformado por un sistema complejo y sofisticado: la aspectiva.
La inspiración aspectívica hizo que los artistas pudieran aunar armónicamente diversos puntos de vista en una misma imagen, o hasta en un mismo ser u objeto. Pero en Arte en el antiguo Egipto. Claves para su interpretación se plantea que la aspectiva también afectó a muchos otros niveles, siendo crucial a la hora de generar sincretismos, de establecer determinados tipos de simetría, de formular ciertas expresiones de tiempo o de seleccionar ciertos episodios en los procesos narrativos.
En definitiva, Arte en el antiguo Egipto. Claves para su interpretación es un manual que ofrece estrategias para descifrar y comprender el peculiar universo estético del antiguo Egipto, lo que permite adentrarse en los rasgos que le dieron a su arte un carácter inconfundible (ya sea pintura, relieve, joyería, escultura o arquitectura), abriendo así la puerta a que el apasionado por el antiguo Egipto pueda interpretar adecuadamente el código visual y estético generado por esta seductora civilización.

domingo, 1 de junio de 2014

Tumba egipcia ilumina la vida Antes de faraones

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Una tumba recientemente descubierta en un asentamiento clave egipcio ha dado el mayor tesoro de artefactos que se ha encontrado en una tumba no-incluyendo quemados y esparcidos los huesos-y de un joven que está arrojando nueva luz sobre los ancestros de los faraones.
Parte de un complejo funerario que precede a la formación de la antigua estatal egipcia, el hallazgo es uno de los enterramientos más ricos “predinásticos” arqueólogos han visto.
La tumba, en el sitio conocido como Hieracómpolis, cedió 54 objetos, incluyendo los peines, puntas de lanza, puntas de flecha, y una estatuilla de marfil de hipopótamo. Dispuestas alrededor de la tumba docenas más entierros, incluyendo posibles sacrificios humanos y de animales exóticos.
El último hallazgo, anunciado a principios de este mes, se suma a la extraordinaria historia que sale del cementerio Hieracómpolis, que ha estado bajo investigación desde 1979.
“Esto demuestra la importancia de este cementerio, con sus entierros de alto estatus”, dice el arqueólogo de la Universidad de Boston Kathryn Bard . “Tienen algunos entierros secundarios muy interesantes de los seres humanos y los animales y productos de madera que son exclusivos de Hieracómpolis.”
Hieracómpolis, situada en el río Nilo cerca de 300 millas (500 kilómetros) al sur de El Cairo, fue el asentamiento más importante en periodo predinástico de Egipto, un tramo de cinco siglos que comenzó alrededor de 3500 aC, y precedió a la formación del antiguo estado egipcio.
Los hallazgos en Hieracómpolis muestran que las raíces de la civilización egipcia antigua se remontaba siglos. Hay señales claras de las divisiones sociales, con tumbas de élite que son más ricas y más grande que los demás. “Debe haber habido toda una dinastía de reyes predinásticos”, dice Renee Friedman , un arqueólogo del Museo Británico que es el director de la expedición.
La élite Hierakónpolis erigió elaboradas estructuras de madera sobre sus tumbas, algunas de cuyas partes se han conservado por más de 6.000 años por el clima seco. Sus tumbas estaban rodeados de sirvientes, animales salvajes, y otros pertrechos para su viaje a la otra vida, prefiguraciones de la poderosa civilización que siguieron.
Foto de la tercera estatua de marfil que se ha encontrado desde el período pre-dinástico.
Esta estatua, un pie (32 centímetros) de largo, se hizo a partir del incisivo de lo que debió ser un hipopótamo mamut. Es la tercera estatua de marfil que se ha encontrado desde el periodo predinástico.
CORTESÍA HIERAKÓNPOLIS EXPEDITION
Sacrificios Humanos, Profanación Póstumo
El hombre enterrado en lo que se conoce como la Tumba de Hieracómpolis 72 era entre 17 y 20 años de edad cuando murió. Su alto estatus en la vida se refleja en la ceremonia mortal que debió de acompañar a su muerte: fue sepultado con al menos 20 personas.
“Es poco probable que sus muertes eran naturales”, dice Friedman.Análisis de sus esqueletos sugiere la mayoría eran bien nutridos y excepcionalmente alto para la época, entre los cinco pies y ocho y cinco pies diez. Dos de ellos eran enanos, que eran una fascinación por los antiguos egipcios.
Debido a que la tumba no había sido perturbado por muchos milenios, el equipo de Friedman fue capaz de reconstruir un acto impactante de profanación que tuvo lugar allí.
El esqueleto del ocupante se había dispersado, y postes de madera de la tumba mostrar evidencia de daño de fuego. Friedman cree que la tumba había sido violada poco después de la muerte del dueño, y el cuerpo y la estructura de madera sobre la tumba deliberadamente incendiado.
Los numerosos objetos funerarios dejan dentro indican que el objetivo de los ladrones de tumbas ‘no fue el botín, pero algún tipo de venganza postmortem. “El dueño de la tumba había sido arrancado, mientras que los otros objetos habían quedado solos,” dice Friedman. “Eso no está saqueando-se trataba de un acto de agresión. El punto no era tomar golosinas, era destruir esta persona.”
La destrucción puede haber tenido algo que ver con los cambios políticos y sociales Friedman dice sacudió el mundo egipcio no mucho tiempo después de que el hombre en la tumba 72 murió. “Ya no hay más entierros de la élite y la clase media parece estar cada vez más ricos”, dice Friedman. “Hay un verdadero cambio en el status quo. Debe haber habido algún tipo de revolución.”
¿Podría la destrucción de la tumba 72 y su propietario han sido una forma temprana de la lucha de clases? “Tal vez se trata de la ira en los que han guardado abajo,” Friedman sugiere. “¿Hay algo que hacer, donde la élite de Hieracómpolis están siendo llamados en el hotel?”
Otros son más cautelosos. La evidencia de la agitación social es limitado, y Bard dice que es una exageración, incluso llamar al hombre enterrado en la tumba de un rey.
Sin inscripciones u otra evidencia escrita en la tumba, “nadie sabe que su papel político exacta, aparte de que era una persona de muy alto estatus”, advierte. “No hay manera de que usted puede atribuir un papel político a un entierro prehistórico.”
Foto de un peine de hipopótamo.
Un peine delicado adornado con un hipopótamo aparece en el suelo, agrietado, pero casi completa.
FOTOGRAFÍA CORTESÍA DE HIERAKÓNPOLIS EXPEDITION
Animales exóticos y esculturas de animales
Junto con los sacrificios humanos, una colección de animales rodeaba la tumba.
Los arqueólogos encontraron los huesos de un leopardo, un avestruz, un hartebeest, seis babuinos, nueve cabras, y diez perros con correas de cuero. En los últimos años, las tumbas cercanas han arrojado hipopótamos, un elefante, y halcones.
“Los animales representan fuerzas caóticas, y las fuerzas caóticas que ser traído bajo control”, dice Stan Hendrickx , un arqueólogo de la Universidad de Hasselt, en Bélgica. “Eso es lo que un gobernante tiene que hacer-se trata de una demostración de poder.”
Debido a que los saqueadores de hoy en día pasan por alto el entierro, los arqueólogos pudieron recuperar muchos de los ajuares funerarios de la tumba 72.
El artefacto más dramático es una estatuilla tallada en marfil de hipopótamo. A pie (32 centímetros) de largo, que fue tallada en una sola, enorme diente de hipopótamo. Su rostro tiene una barba puntiaguda y orejas grandes, y se asemeja a las máscaras funerarias encontradas en otros lugares en el cementerio y el templo enorme complejo.
“Ya sea que los reyes se representa a sí mismos o que muestran a sí mismos como dioses, cualesquiera que sean los espectáculos estatua y las máscaras muestran son la misma entidad,” dice Friedman.
Otro objeto evocador encontrada en la tumba: un peine con una decoración hipopótamo. El hipopótamo-un símbolo de poder-fue cuidadosamente marcados con un tizón. “Pensamos que era una forma de matar simbólicamente para que no pudiera volver a la vida y empezar a correr en la tumba”, dice Friedman.
Foto de una olla de león encontró durante la expedición.
La excavación arrojó 54 artículos en total, incluyendo el peine hipopótamo-rematada.
CORTESÍA HIERAKÓNPOLIS EXPEDITION
Más hallazgos que vendrá?
Aunque el papel de los hombres enterrados en el cementerio de Hieracómpolis es la fuente de debate, los reyes egipcios posteriores consideraban importante. Cuatro siglos más tarde, dice Friedman, algunos de los primeros gobernantes de Egipto volvió a Hieracómpolis y restaurado las tumbas dañadas.
Gobernantes posteriores pueden haber valorado el cementerio como prueba de alguna conexión con su pasado profundo. “Es increíble que ese recurso fue aparentemente mantienen siglos después,” dice Hendrickx. “Egipto es una civilización donde la tradición es muy importante, y que quieren mantenerse al día con esta tradición.”
Cuando ella regresa a Hieracómpolis próximo invierno, Friedman espera para descubrir el resto del complejo de la tumba. “Queremos conocer el alcance total de las personas y los animales que él tomó con él”, dice ella. “Con el tiempo esperamos poder explorar todo el cementerio.”
Es decir, si es que queda algo: La mayor parte del sitio se saquearon en el siglo pasado, y desde la primavera árabe en el 2011, el caos en Egipto ha hecho que la situación sea aún peor. Guardias armados policía Hieracómpolis, pero el saqueo sigue siendo una constante y creciente amenaza.
“Fue el peor año para encontrar algo bueno”, dice Friedman. “Estoy muy de miedo a lo que la condición del cementerio estará en cuando regresemos. Es un momento muy difícil en Egipto en estos momentos.”